Hasta hace pocos años la mayoría de las aldeas Wa contaban con un interesante sistema de tuberías que proporcionaba agua a sus habitantes. Construidas con Bambú, cada tubería podía tener cientos de metros o, hasta algunas veces, más de un kilómetro, dependiendo de la localización de su fuente de agua.
En realidad cada aldea no tenía una, sino varias tuberías, una por cada grupo de familias que vivía alrededor de una “casa del tambor”. Había una persona que se encargaba del mantenimiento de estas tuberías, y algunas veces se ocupaba también de cuidar la vecina “casa del tambor”. Los Wa consideraban que cada tubería tenía una deidad a la que debían de venerar cada año con una solemne ceremonia. Esa ceremonia, llamada Afu en el lenguaje Wa, se celebraba el último mes del año Wa, debiendo asistir una persona de cada familia. Durante ese tiempo los extraños no podían entrar en la aldea.
La ceremonia duraba dos días. El primero la gente iba reparando la tubería de bambú hasta el manantial del que salía el agua. El segundo, se celebraba una ceremonia presidida por el Moba (su especialista ritual) en el manantial, ofreciéndose una rata a Dana, la deidad del agua, pidiéndole buena lluvia y vientos favorables para el año siguiente. Cuando su oración finalizaba se construía una nueva estructura de madera para sujetar las tuberías de bambú.
De vuelta en la aldea, el Moba llevará el Nuevo agua a la casa de la persona que se encarga de las tuberías, donde cocerán arroz con ese agua nueva, que compartirán entre ellos. Luego pedirán a los dioses que haya Buena agua y les sacrificarán seis ratas. Una ceremonia semejante se celebrará más adelante en cada casa pidiendo buena suerte para el año entrante.
Después de la década de los 80 del siglo pasado la mayoría de las construcciones tradicionales de las aldeas Wa se fueron transformando. Hoy, la mayor parte de las aldeas tienen tuberías de metal financiadas por los gobiernos locales que llevan el agua, pero los adultos aún recuerdan cuando el agua era un bien preciado, que llevaban a la puerta de sus casas gracias a las tuberías de bambú. Con el suministro de agua prácticamente garantizado para la mayoría de las familias Wa, el carácter sagrado de este líquido y las tuberías que le llevaban a la aldea, ha desaparecido, así como los rituales que intentaban garantizarlo.
Más información: Han Junxue.- Wa zu cunzhai yu wa zu chuantong wenhua (Las aldeas de los Wa y su cultura tradicional). Sichuan University Press, Chengdu, 2007
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