Beijing, un lugar que nadie se debe perder

¿Vives en el planeta Tierra y nunca has visto Beijing?
Eso es como asistir a una exhibición de fuegos artificiales, y nunca levantar la cabeza hacia el cielo.

Una visita a Beijing, cuya Gran Muralla es tan monumental como las Pirámides de Egipto, cuyos palacios imperiales son tan imponentes como los grandes palacios de Europa, y cuya plaza Tiananmen combina la majestuosidad de la Plaza Roja de Moscú, la Times de Nueva York, y la Trafalgar de Londres, debería estar en el primer lugar de cualquier lista turística de los lugares más buscados en el mundo.

El gobierno de la República Popular de China reestableció su capital en Beijing en el año de 1949, y con ello el lugar se convirtió en el centro político, cultural y económico del país. Esta ciudad ha cambiado a ritmo acelerado en los últimos años y da la impresión de una ciudad moderna con fuertes tintes antiguos. Detrás de los altos edificios de oficinas y los hoteles de cinco estrellas con múltiples pisos se hallan los hutong (barrios pequeños) con sus casas tradicionales bardeadas. A los lados de las grandes y modernas avenidas se ocultan los templos de varias religiones. Mientras que los jóvenes visten Jeans, comen en Kentucky fried chicken y escuchan música occidental, las viejas generaciones de Beijing se mantienen en sus viejos estilos de vida -beben té con sus amigos, llevan sus jaulas de aves por la mañana, y juegan ajedrez chino a los costados de las avenidas. Beijing es en verdad una mezcla colorida de la sociedad antigua y moderna hecha realidad.

¿Has sentido un halo de misterio alrededor de Beijing y su cultura antigua? Bien, pues hasta hace poco todavía una "Cortina de Bambú" estaba cerrada a todo lo largo de sus tesoros históricos y culturales. Su "Ciudad Prohibida", jardínes imperiales, mausoleos bajo tierra, y templos estaban vedados a los ojos occidentales. Fué hasta hace unas décadas que estos únicos y fascinantes lugares fueron abiertos a turistas provenientes de otras partes del planeta. Así pues, si tú sientes que debes permanecer en ignorancia y misterio acerca de de estas cosas, ahora podemos decirte: NO POR MÁS TIEMPO.

Cada año varios miles de turístas de todas partes del planeta se unen a los aún más numerosos viajeros chinos de otras partes del país para confluír en sus templos, calles y avenidas. Podrán visitar el lugar donde el Emperador -auto llamado "hijo del cielo"- vivió alguna vez, no es meramente un sueño para mucha gente hoy en día, sino toda una realidad. Las personas locales no son más "un ejército de hormigas azules" (aludiendo a que antes de la apertura de China al mundo todos vestían de traje "mao" en color azul) como describían algunos occidentales a la población china en los sesentas. Trajes de negocios, ropas de diseñador, y autos nuevos son cada vez más vistos en las grandes ciudades chinas.


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