Por Tony Dai – La Gran Época
Todos los grandes artistas viven de acuerdo a altas normas morales. Esto crea una conexión entre las características del arte de la pintura, el escribir bien y entre los individuos que realizan dicha obra. Solo cuando el artista representa un alto nivel de moralidad pueden sus pinturas o escritos lograr un alto valor artístico. Las obras artísticas reflejan las personalidades de sus creadores.
El renombrado pintor Hung Bin Hong (1865 – 1955) clasificaba la pintura de esta manera: escenas de los mercados y calles, montañas y lagos, y las pinturas por el Shi Da Fu. De acuerdo con su comprensión, un pintor que aspira a dominar los requisitos más altos de esta forma de arte debe ser consciente del alto nivel de las enseñanzas de Confucio. Debe poseer una amplia gama de conocimientos y debe haber dominado las técnicas de pintura a un alto grado. Además, debe tener una capacidad general para lograr la paz y la prosperidad de una nación. Este individuo debe personalmente haberse cultivado bien y haber adquirido un magnífico criterio moral.
Li Ku-Chan (1898 – 1983) fue también un conocido pintor que aprendió la pintura tradicional china de Qi Bai Shi. Li decía a menudo, “El hombre debe, ante todo, tener características nobles, entonces tendrá la nobleza necesaria para pintar bien. Un ser humano que exhibe características negativas no es capaz de pintar ni un solo trazo virtuoso.”
Li Ku-Chan tuvo que soportar diez días de encarcelamiento durante la Revolución Cultural (1966 – 1976). Sus propios alumnos lo atormentaron y casi lo golpearon hasta la muerte por negarse a pintar de acuerdo a la tendencia política imperante en ese momento. Para ayudarlo con este problema, algunos le dijeron que pintara escenas agrícolas, tales como una gran cosecha. Él contrarrestó esta sugerencia con una irónica sonrisa y dijo: “Sí, voy a pintar esas escenas y el título será “Vender barato la propia alma” o “La gran cosecha de cuerpos”. (Comentario editorial: 40 millones de chinos murieron de hambre durante la Revolución Cultural, debido a la deficiente planificación agrícola y la mala gestión).
El régimen comunista obligó al pintor a hacer sesiones de crítica pública donde intentaron hacerle denunciar a su maestro Qi Bai Shi. Li Kun-Chan se negó, fue aprehendido y asignado a trabajar en los campos. Sin embargo, incluso allí continuó practicando qi gong. Se le atribuye el siguiente adagio de esa época, “Aquellos que destruyen la patria y atormentan a la población pueden estar seguros de la retribución de los Cielos. Yo persistiré hasta ese día”.
Antecedentes de Tony Dai
Creció en China y ahora vive en Australia. Tony es un comerciante del mercado de valores, pero su pasión es el arte.
Es un coleccionista de arte y preside la Asociación Australiana de las Artes y Cultura Tradicional China. Junto con su madre Meiling Dai, Tony es la quinta generación dueña de una de las más amplias colecciones del siglo 19 y 20 de pintura tradicional china, que contiene obras de más de 40 maestros de esa época. Además de las obras de Qi y Li, la colección contiene piezas de un emperador y una emperatriz. La colección es particularmente singular, porque no muchas de esas obras sobrevivieron a la barbarie de los años de la Revolución Cultural.
Tony tiene una formación en caligrafía y pintura china desde su primera infancia y ganó una competencia nacional de caligrafía china a los ocho años. Un familiar, mandarín de la última corte del emperador, sentó las bases para la presente colección. Esta se ha exhibido desde 2003 en Australia y el sudeste de Asia, así como en varias ciudades de EE.UU. y Canadá.
Los trabajos documentan una concienzuda representación de la pintura tradicional china, muy diferente de las tradiciones occidentales. Es el objetivo de la pintura tradicional china describir las impresiones del artista y de su medio de manera abstracta. La pintura con tinta es una gran forma artística de expresión y concentración meditativa, que no deja margen para las correcciones una vez que la pintura ha terminado. Cada pincelada es una expresión de la personalidad del artista y un reflejo de su percepción momentánea.
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